.: Black and White Party :.

¿Os a pasado alguna vez alguna situación en la que tengáis que poner buena cara y fingir una alegría que no sientes? Así se sentía devenía estos días. Estaba lejos de casa y aunque había recibido felicitaciones de su casa no era lo mismo, esta sola, en un país lejos de su casa y de sus amigos, ni siquiera había podido localizar a algún amigo de Hogwarts bueno… no había intentado hacerlo ¿para qué? ¿Para decirle que estaba sola? ¿Para que la invitaran a sus casas y convertirse en una carga? No, cada cual estaba con su familia y es así como debía ser, ella fue quien decidió irse con todas las consecuencias. Las fiestas de Navidad siempre le había alegrado, no por los regalos ni nada material sino porque le agradaba ver a la gente más contenta, llenos de buenos propósitos, los niño irradiando esa felicidad y bendita inocencia que vas perdiendo cuando eres mayor y las luces… Debelah creía que en otra vida había sido un insecto porque era asombroso de que manera las luces le atraían, tintineando frente sus ojos en miles de colores. Cuando ella se sentía sola, muchas veces invocaba un hechizo Lumus para conseguir relajarse con el haz de luz de su varita.

Los días de Nochebuena y Navidad los pasó en casa haciendo lo de siempre, limpiando y ordenando todo lo que entre semana no le daba tiempo a realizar por el trabajo. Decoró su casa con mucha ilusión, el árbol, las guirnaldas, compró dulces… Estaba contenta. Comió sola en casa pero se hizo una suculenta comida: pescado al horno (le encanta todo lo que sea hecho al horno) y de cenar espaguetis gratinados. Estuvo escuchando música en la radio y bailando mientras bebía algunas copitas de licor y cuando tropezó por cuarta vez decidió irse a la cama. El día de Nochevieja tuvo que hacer turno en el hospital y había convencido a sus compañeros para seguir una tradición española que consistía en comerse doce uvas, una por cada campanada. Hubo quienes lo consiguieron, otros se atragantaros y otros de atragantaron por reírse de quienes se atragantaban por ansiosos '¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!’ gritaron los miembros de la plantilla de San Mungo que se reunieron. Hubo besos y abrazos entre docentes y algunos pacientes que también bajaron. Tras eso la noche transcurrió como una noche normal en el hospital con algunos casos de magos y brujas (sobre todo jóvenes) que habían bebido más de la cuenta y otros que habían intentado montar en escoba con algunas copitas de más.

A la mañana siguiente cuando Debelah regreso a casa solo pensaba en irse a la cama pero sobre su sofá había una lechuza con una nota. Era una invitación para el Royal Flush Night Club que celebraba el año nuevo. El único requisito era ir de blanco o de negro pero mientras leía de nuevo la invitación camino al dormitorio cayó rendida sobre la cama, ya leería más tarde. En los días posteriores Debelah no hacía más que pensar como iría vestida. Al final se compró un bonito vestido largo, como le gustaban a ella, y negro palabra de honor, con zapatos y un bolsito a juego. Esa tarde se duchó, peinó con un bonito recogido y se maquilló para la ocasión. Su bolso, que no era muy grande, tenía un encantamiento espaciador para que entraran en el más objetos de los que se podía así pudo meter no solo el maquillaje para posibles retoques, sino la varita y unos zapatos de estilo bailarina negros por si los tacones llegaban a molestarle cosa que de seguro pasaría.

Se dirigió al Royal Night Club y enseñó la invitación a la entrada. Estaba todo precioso y elegante y lo mejor de todo es que todos eran magos y brujas. Se dirigió a la barra poniendo la mejor de sus sonrisas y pidió una copa de sidra ya que el champán nunca fue de su gusto. Se sentó en una de las sillas mientras veía a la gente pasar, unos bailando otrs a por copas, otros inmersos en agradables charlas. La primera sensación que tuvo es que iría pronto de allí pero quien sabe, la noche aún es joven.

Vestido:

Spoiler:

Allison se había enterado de una fiesta que el Royal Flush Night Club organizaría. Sus compañeros en el Ministerio se lo habían comentado. Se trataba de una fiesta de Año Nuevo. A pesar de que ya había pasado esa fecha, esta disco había decidido continuar con la fiesta en recibimiento al 2060 y esa noche era la elegida. Claramente no seria una fiesta como cualquier otra, ésta tenia una temática en especial y era que cada invitado debía ir vestido de blanco y/o negro. Una condición que a la rubia le había agradado cumplir. Obviamente, como cualquier chica, debía arreglarse. Tenia que conseguir un vestido, o un atuendo de acuerdo a la temática, al igual que zapatos y accesorios. Por suerte no le costo mucho elegir. Aunque su padre no la vestía muy bien de pequeña, durante su crecimiento aprendió como cuidarse sola, en ese sentido, y pudo hoy en día ser lo femenina que es. Por ejemplo con buen gusto a la hora de comprar prendas.

Ya se acercaba la hora. Arriba de su cama tenia un vestido blanco, con un escote que caía, y a eso le agrego un saco a rayas blanco y negro del que se enamoro a primera vista. Algo que no estaba planeado usar. Acompañado de un par de zapatos blancos con taco negro fino; alto cabe destacar.
Ya había terminado de tomar su ducha, envuelta en toallas comenzó a maquillarse para después cambiarse de ropa. Solo le quedaban los accesorios cuando faltaban veinte minutos para el comienzo de la fiesta. No debía ser tan puntual, ya que no todos estarían allí cuando llegara, pero a veces era inevitable que Allison se pasar cinco minutos de la hora acordada.

Veintiún años, y no tenia un coche que manejar para poder ir a donde ella quisiera, fuera del mundo mágico. Lamentaba no poder usar una escoba o algo “sobrenatural” para los demás, que pudiera llevarla hasta allí en ese momento. Asíque decidió ir caminando. No quedaba tan lejos y debía hacer tiempo porque le había quedado bastante de sobra.

Unos minutos mas tarde se encontraba en la puerta del Club. Sin pensarlo entro, y quedo encantada con la decoración. El cielo le recordaba mucho al Gran Salón de Hogwarts, y la decoración y demás, a las fiestas que dicho colegio organizaba. Habían sido buenos momentos los de la escuela de Magia y Hechicería. Salió de esos viejos recuerso, y se adentro más al lugar. No había mucha gente, y para su mala suerte, ningún conocido, asíque solo se limito a acercarse a la barra y sentarse en una silla que estaba cercana a ésta a esperar quien podría ser el próximo en entrar.