Fría, fría nostalgia

[ Libre ]


Tapó un bostezo con su mano y es que ese día había sido agotador. Mucho trabajo en San Mungo, trabajaba de enfermera. Ella siempre quiso ser enfermera o profesora para nunca tener que irse de Hogwarts pero al final y tal como estaban las cosas ser enfermera había sido su mejor elección. Desde que sabía que era mestiza ya no tenía miedo de dejar el mundo de la magia, miedo que ella misma se había infundado pues no tenía porque hacerlo. Había creído toda su vida que era nacida de muggles y echaba de menos ese mundo, tanto a su familia como cosas materiales pero ahora que sabía que tenía familia de magos tenía un motivo para estar allí y dejarse llevar por la nostalgia del mundo muggle. Y es que a veces pertenecer a dos mundo no tiene porque obligarte a elegir uno si sabes estar a gusto en ambos. Ya estaba anocheciendo y el traqueteo del tres, el Expreso de Hogwarts le adormecía aún más. Había tomado el tren en la estación de King’s Cross a la salida del trabajo para ir a Hogsmeade a recoger una túnica que había llevado a Tiro largos Moda a que le encogieran el bajo.

Apoyó la cabeza cansinamente en el frío cristal del tres mientras cerraba despacio los ojos dejándose mecer por el traqueteo. Abrió de nuevo los ojos y vio a los lejos el colegio Hogwarts de Magia y hechicería y no pudo evitar esbozar una débil sonrisa nostálgica. ¿Qué años tan bonitos pasó allí! Con sus momentos buenos y momentos malos pero bonitos a fin de cuentas. El tren ya iba disminuyendo la velocidad pues estaban a punto de entrar en la estación de res de Hogsmeade. Estaba nevada pero gracias a Merlín no lo estaba haciendo en ese momento.

Bajó del tres abrochándose en abrigo y ajustándose mejor la bufanda. Echaba vaho por la boca debido al frío. Nada había cambiado, todo estaba tal y como lo recordaba y es que desde que se mudó a Londres era la primera vez que volvía a Hogsmeade. Estaba feliz, tanto que sonrió abiertamente a una mujer que no había visto en su vida y que la miró como si estuviera chiflada, a Debelah no le importó y siguió caminando. No tenía prisa así que se entretuvo mirando escaparates. En frente del escaparate de la tienda de artículos para la escoba Debelah se detuvo otro momento. Ella había sido capitana del equipo de Quidditch de Gryffindor. Hacía tiempo que no volaba, que no sentía esa adrenalina, que el frío no le cortaba la cara. Cerró los ojos y soltó un suspiro acompañado por más vaho. Se dio la vuelta repentinamente y chocó con alguien detrás suyo.

Su bolsa con el uniforme de enfermera de San Mungo cayó al suelo mojándose con un charco sucio que la nueve había dejado. Se agachó a meterlo de nuevo en la bolsa, ya lo lavaría en casa aunque eso no le quitaba la molestia de la situación.
’Disculpe, no le había visto’ dijo levantándose apresuradamente para mirar con quien había chocado. No, los años pasan pero las cosas seguían igual, Hogsmeade como siempre y Debelah Bradley tan despistada… como siempre.

Habían dicho que el expreso de Hogwarst iria desde la estación de King’s Cross al colegio en un viaje rutinario, pero que en vista de la actual situación no podia hacer el viaje solo, por lo cual, se debia enviar un auror a protegerlo; tome la tarea sin pensarlo mucho, tenia deseos de ver el Colegio, que sin duda alguna, era el único lugar en toda Inglaterra que me gusta, y en el que me podia sentir como en casa.

El viaje fue muy tranquilo, demasiado para mi gusto, paseándome de vez en cuando entre los pasillos del tren, y en un momento determinado de aburrimiento, sali del tren para pasearme en la parte superior; pese a que estaba muy helado, resulto muy agradable sentir el viento agitar mi cabello, sugetaba con fuerza mi sombrero en la mano, mientras cerraba la mano en el.

Al final el tren bajo la velocidad, la estación de Hogwarst no habia cambiado para nada, ahorita estaba cubierta de pedazos de nieve y charcos por todas partes; de un salto baje del tren, vigilando que no hubiera anda extraño...hasta que senti que alguien chocaba contra mi espalda sin apenas moverme.

-¡Ten mas cuidado!-

Dije de malas pulgas como siempre, hasta que me di la vuelta y vi que era una chica muy linda.

-ammm...No hay problema-

Dije, solia ser mucho mas tranquilo con las mujeres, para mi todas las chicas eran muy bellas, y merecian un poco de amabilidad.

-¡¡¡Fregotego!!!-

Dije apuntando con mi varita a la bolsa con el uniforme de enfermera, dejando todo tan limpio como al inicio.

-ehhh...espero que no se haya lastimado-

Dije tratando de sonar amable, pero era muy difícil para mi.

Escuche lo que decía la chica, y asentí con la cabeza complacido que no estuviera herida, lo cual no era para extrañarse, solo había chocado contra mi, ni que le hubiera lanzado el tren sobre ella.

Sonreí de lado al escuchar lo que decía sobre Hogsmade, a mi también me gustaba regresar, y de hecho durante el viaje había decidido disfrutarlo en la parte de arriba del tren, al bajar me sentí tan nostálgico era como si en cualquier momento apareciera aquel gigante bruto; Hagrid, si mi memoria no fallaba; para llevar a los de primer año de la estación a los botes en el lago, para entrar por primera vez al colegio.

-Digamos que si-

Le dije a la chica cuando pregunto si era forastero.

-Markus Stein, Auror-

Me presente quitándome el sombrero automáticamente, pese a ser como era, siempre había sido un caballero, al menos con las chicas.

-Me pidieron que vigilara este viaje desde la estación en Londres, hasta aquí-

Le explique, no era nada importante, por lo que no me molestaba nada decírselo, la observe con atención, no era inglesa, era obvio, no se parecía mucho a los de aquí, pero no sabia exactamente de donde era, ni tampoco parecía una mala persona, pero tampoco significaba que iba a confiarme de ella.